La impunidad nace en el corazón de Colombia cuando las víctimas de los crímenes que allí se cometen se privan de hablar al respecto, lo cual resulta en un encubrimiento involuntario de sus victimarios. El miedo es el principal culpable de esta ambivalencia producida entre ser atacado y no poder denunciar y por consiguiente, es el miedo lo que fomenta y preserva la violencia de nuestro país. Esto nos lleva a cuestionarnos frente a quién es realmente el culpable de la violencia. Serán los victimarios por sus repetitivos ejercicios del poder? O serán las víctimas de estas acciones que con su silencio le dan vía libre a los terroristas para seguir actuando de la manera que quieren pasando por alto los márgenes establecidos por la ley?
Se vuelve paradójico que a la hora de culpar por un delito, se le otorga responsabilidad de los hechos tanto al actor principal como a los cómplices que de alguna manera colaboran con el fin del autor. La paradoja radica no en este hecho (normal y razonable ante la ley) sino en que los cómplices son a la vez los perjudicados de las acciones violentas. Son cómplices en la medida en que no hacen nada que contribuya a sancionar a quienes cometen estos crímenes ya sea por miedo o porque una vez afectados, no hay nada que pueda resarcir las consecuencias de los actos violentos.
Ahora bien, en el caso de la masacre de La Rochela, la complicidad evidenciada es otra en cuanto no fue involuntaria sino premeditada por medio de la alianza entre paramilitares, narcotraficantes y soldados del ejército para acallar a los diputados que realizaban investigaciones en la zona.
Adicionalmente, salta a la vista la similitud de los casos de la masacre de La Rochela y la toma del palacio de justicia, ya que se ven claramente implicados como víctimas los diputados y funcionarios judiciales. En ambos casos, estas víctimas realmente no fueron tomadas por causa personal, sino como rehenes de guerra como símbolo de lo que las acciones sostenidas significaban.
Es fundamental entender, que en muy pocas ocasiones, casi nulas, este tipo del acontecimientos violentos se presentan como venganza hacia un individuo como unico. Estos actos se presentan como una forma de presión al Estado por parte de las fuerzas armadas sustentadas bajo el pretexto de "igualdad social". Esta es la Colombia que conocemos, y que de hecho muchos no conocen, pues este tipo de acciones muchas veces se mantienen en secreto, en la clandestinidad de la sociedad.
Ahora bien, en el caso de la masacre de La Rochela, la complicidad evidenciada es otra en cuanto no fue involuntaria sino premeditada por medio de la alianza entre paramilitares, narcotraficantes y soldados del ejército para acallar a los diputados que realizaban investigaciones en la zona.
Adicionalmente, salta a la vista la similitud de los casos de la masacre de La Rochela y la toma del palacio de justicia, ya que se ven claramente implicados como víctimas los diputados y funcionarios judiciales. En ambos casos, estas víctimas realmente no fueron tomadas por causa personal, sino como rehenes de guerra como símbolo de lo que las acciones sostenidas significaban.
Es fundamental entender, que en muy pocas ocasiones, casi nulas, este tipo del acontecimientos violentos se presentan como venganza hacia un individuo como unico. Estos actos se presentan como una forma de presión al Estado por parte de las fuerzas armadas sustentadas bajo el pretexto de "igualdad social". Esta es la Colombia que conocemos, y que de hecho muchos no conocen, pues este tipo de acciones muchas veces se mantienen en secreto, en la clandestinidad de la sociedad.
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