ENTENDIENDO LA NO - VIOLENCIA
LECTURA 1
Dentro de la naturaleza humana
existe una necesidad de competencia y de posesión (deseo) que genera o nos
lleva al conflicto en la mayoría de casos, pero esto no siempre tiene como elemento
principal la violencia como generadora de destrucción o en casos extremos de
muerte. El concepto de no violencia es más complejo de lo que parece, ya que se
opone a varias clases de violencia, no solo entendiéndola como algo físico, sino
en sus diferentes expresiones como la violencia verbal, la psicológica o tan
solo el hecho de ser obligado hace parte del concepto de violencia. Por esa
razón la no violencia no se entiende como debería.
Para poder comprender lo que nos
significa y la inmensa necesidad que se tiene de no violencia como forma ideal
de la existencia de unos con otros, primero tenemos que entender como ella es
la consecuencia del siguiente proceso: el conflicto se genera porque cada ser
defiende el espacio en que se encuentra, lo ve como suyo y no lo reconoce ni de
otro ni de otra manera y se justifica expresando su punto de vista. Cualquier
reto a este es tomado como una amenaza a la propia existencia; cuando alguien
desea lo que yo tengo, o viceversa, entonces se generara un conflicto, no
importa que el objeto se pierda, se dañe o se rompa, se justifica en que si yo
no lo tengo el otro tampoco, generando violencia reciproca, imitando la
violencia que se ve en el otro y devolviendo golpe por golpe. La violencia
jamás ofrecerá una solución al conflicto, al contrario lo hará más difícil de
resolver. Desde una óptica constructiva se pueden aceptar los conflictos pero
no la violencia, pues por medio de él se puede crear una relación de justicia y
de respeto mutuo, de confianza y de benevolencia recíproca.
El hombre se relaciona con los
otros buscando que se respeten sus derechos y no debe renunciar a ellos
mientras, eso sí, respeta los derechos de los demás. Esto nos conduce a a la
agresividad. Ella es una potente afirmación de sí mismo y se debe manejar como
una herramienta o mecanismo potencial de combatividad con la cual se pierde el
miedo y se ejerce el derecho a ser respetado; pero ella no debe caer en
violencia. La agresividad viene del latín “aggredi” que significa marchar
hacia. No existe más violencia en la agresión que en la progresión y esta significa
marchar hacia adelante. El conflicto debe ser usado para hacer aparecer una
injusticia y asume el riesgo de que la violencia estalle creando desorden
social. La agresividad debe manifestarse a través de una lucha justa.
El acto de existir es luchar por
la vida. Se afirman los derechos propios aceptando el conflicto, expresando
agresividad y asumiendo la lucha contra los que no respetan. Se habla de paz
social y se desacredita la justicia social, la primera es la ideal pero no se
llega a ella sin la segunda y esta implica una lucha sin odio y sin violencia.
Aparece entonces la fuerza; toda
lucha constituye una prueba de fuerza y es distinto usar la fuerza a usar la
violencia. La injusticia es un desequilibrio de fuerza, la justicia es un
equilibrio de fuerza y su fin es crear condiciones que obliguen el dialogo
entre los adversarios.
Así pues la violencia aparece
cuando uno de los protagonistas hace pesar sobre el otro una amenaza de
exclusión de eliminación y en ultimas una amenaza de muerte. Ya no es justicia
con el otro si no dominación sobre el otro. El objetivo último de la violencia
es la muerte. La violencia constituye la perversión radical de la relación con
el otro, atacando toda su humanidad, violando su personalidad, su identidad,
sus derechos y su cuerpo.
No existe una violencia buena,
toda violencia es un fracaso, un drama y una desgracia. La violencia lastima no
solo al que es objeto de ella sino también al que la ejerce, pues el hombre
pasa de ser un sujeto para convertirse en un objeto. La violencia se debe
rechazar porque en ella no hay ni existe justicia.
Después de entender cómo se llega
a la violencia entonces debemos plantearnos la no violencia ya que no hay
ninguna manera de justificarla; el hombre es un animal capaz de ejercer la
violencia, el animal es capaz de ejercer la violencia con respecto a sus
semejantes, a veces de una manera brutal. Es hablar mal de los animales cuando
se dice que los hombres violentos se comportan como animales, pero debemos
darnos cuenta que la violencia no es parte de los animales, ellos lo hacen por
instinto, en cambio la violencia es parte de la inhumanidad y además el hombre
es un animal jurídico que tiende a justificar sus comportamientos.
El deseo de violencia se encuentra
en cada uno de nosotros y contradice nuestra propia humanidad, a nosotros nos
corresponde dominarlo, amaestrarlo mas no rechazarlo para que esta energía deje
de ser algo destructivo y se vuelva constructivo.
La naturaleza del hombre es ser
bueno y malo al mismo tiempo, desafortunadamente el hombre social ha cultivado
la violencia y ha creado herramientas que le sirven a ella, un ejemplo de ello
son la armas. Sentencias como “no mataras” se han ido a un plano filosófico y
se han creado doctrinas de guerra justa o guerra santa, siempre para justificar
el uso de la violencia y eso nunca debe pasar. Hay que buscar crear compromisos
con los conflictos del mundo que se aferren a principios de justicia y
libertad.
En conclusión se debe rescatar el
concepto de no violencia y se debe colocar a la violencia en el lugar que
corresponde, significando lo que es. Hay que retomar los procesos que defiendan
el derecho a ser respetado y respetar. En ultimas es esto y solo esto lo que
lograra la convivencia y nos llevara a una paz en la que conflicto será una
palabra sinónima de justicia muy distante a la palabra violencia que en ultimas
solo genera destrucción, caos y por supuesto injusticia.
“LA NO - VIOLENCIA
COMO FILOSOFIA Y COMO ESTRATEGIA” - JEAN MALLIE MULLER. EN: Acción política no
violenta, una opción política para Colombia, U. del Rosario, Bogotá, 2005, pp.
167 – 181.
LINA ANDREA BOLAÑOS JIMENEZ
LINA ANDREA BOLAÑOS JIMENEZ
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